Normalmente, las venas sanas de nuestro cuerpo transportan la sangre desde y hacia el corazón. El flujo sanguíneo ascendente desde las extremidades inferiores se ve favorecido por las válvulas situadas en varios puntos de las piernas. Estas válvulas impiden que la sangre se acumule en la vena. A veces, se produce un fallo y la sangre se acumula donde no debe. Esto hace que la vena se agrande y se debilite. Como este fallo inicial de las válvulas somete a tensión a las válvulas restantes de la vena, el reflujo empeora con el tiempo.
Para resolver el problema, hay que cerrar la vena enferma y redirigir la sangre a las venas sanas. Históricamente, la insuficiencia venosa se trataba con una importante cirugía de extirpación venosa. Afortunadamente, los especialistas en venas han desarrollado nuevos protocolos innovadores basados en la tecnología moderna. La cirugía de ablación láser endovenosa, ELAS, es uno de ellos.
El ELAS, también conocido como Tratamiento Láser Endovenoso (EVLT), es un tratamiento de las venas mínimamente invasivo que se realiza con anestesia local en régimen ambulatorio. Esta cirugía es un método moderno para el tratamiento de las venas varicosas enfermas. Una vena normal es capaz de transportar la sangre porque contiene válvulas. Las válvulas dirigen la sangre hacia el corazón e impiden que la sangre vuelva al pie. Cuando las válvulas fallan, la vena se agranda.
A medida que la vena se agranda, fallan más válvulas, aumentando el reflujo. Para resolver el problema, la ELAS nos permite cerrar la vena problemática y redirigir la sangre a las venas sanas. Este procedimiento aborda la vena con guía ecográfica y con la intención de cerrarla, no de extirparla por completo. Por ello, sólo requiere una pequeña incisión.
La cirugía de ablación láser endovenosa, a veces llamada terapia láser endovenosa, suele durar 45 minutos o menos. Dado que no se necesita anestesia sedante para el tratamiento, los pacientes pueden conducir por sí mismos hacia y desde su visita.
El procedimiento comenzará con nuestros proveedores identificando y mapeando la vena enferma con ultrasonografía mientras están de pie. A continuación, nuestros pacientes se tumban en la mesa de exploración mientras nuestro equipo introduce una fibra láser en la vena. Nos aseguramos de la posición correcta de la fibra mediante la obtención de imágenes de la vena y la fibra. A continuación, se inyecta anestesia local alrededor y a lo largo de la vena que se va a tratar. La fibra láser se activa. Cuando la fibra se retira lentamente, el calor de la fibra cierra la vena. Después se envuelve la pierna. Con el tiempo, la vena se transforma en una cicatriz. Tras la intervención, animamos a nuestros pacientes a caminar. Al día siguiente de la intervención, el paciente se someterá a un examen para garantizar una recuperación satisfactoria.
Hay varias razones por las que los pacientes eligen la cirugía de ablación endovenosa con láser. Entre ellas se encuentran:
Nuestra prioridad en el tratamiento del reflujo venoso es conseguir los mejores resultados posibles. Realizamos un examen y una consulta exhaustivos para determinar el potencial de la ELAS como tratamiento venoso adecuado para los pacientes con buena salud general. En algunos casos, las venas pueden ser demasiado pequeñas o retorcidas para responder bien a este enfoque.
Con el tiempo, la vena se transforma en una cicatriz y su visibilidad disminuye. El éxito a largo plazo de la cirugía de ablación endovenosa con láser es superior al 95%, lo que convierte a este procedimiento seguro y eficaz en una valiosa opción de tratamiento para muchos de nuestros pacientes.
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Inmediatamente después del tratamiento de las venas, envolvemos la pierna con una suave presión. Se debe reanudar la marcha de inmediato para favorecer el desvío de la sangre de la vena cerrada. Al día siguiente de su tratamiento, examinaremos sus venas. Es posible que sea necesaria una prenda de compresión durante la primera semana después del tratamiento, una vez que nuestro equipo haya retirado la envoltura inicial. Durante la recuperación, puede tomar un analgésico suave de venta libre para controlar la comodidad si es necesario. Los pacientes pueden esperar una vuelta completa a las actividades normales en aproximadamente 7 a 10 días.
El riesgo de complicaciones es muy bajo, pero existen. Tenemos cuidado de minimizar los riesgos de sensibilidad prolongada, enrojecimiento y hematomas a lo largo de la vena. También puede producirse una infección en el punto de entrada en la vena. Otras complicaciones poco frecuentes son el desarrollo de coágulos sanguíneos profundos y sensaciones persistentes de ardor o entumecimiento.
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