La ablación por radiofrecuencia (ARF) es una de las nuevas y emocionantes técnicas mínimamente invasivas que sustituyen al procedimiento de extirpación venosa de los viejos tiempos del tratamiento de las varices. Con la ARF, el médico utiliza un catéter fino para introducir calor a través de la energía de radiofrecuencia (a diferencia de la energía del láser) en la vena enferma, haciendo que se cierre y selle permanentemente. La sangre se redirige de forma natural a las venas cercanas más sanas, y la vena varicosa es reabsorbida gradualmente por el cuerpo y desaparece de la vista. La ARF es adecuada para las grandes venas de la pierna, incluida la vena safena mayor.
Durante el procedimiento, estará despierto y cómodo. Se utilizan anestésicos locales a lo largo de la vena que se va a tratar. Se introduce un catéter a través de una pequeña incisión en la piel, utilizando imágenes de ultrasonido en tiempo real para su correcta colocación. Una vez introducida la energía de radiofrecuencia, una quemadura precisa cierra la vena y destruye el nervio que causa el dolor. Se pueden tratar varias venas con el mismo procedimiento. A continuación, se retira el catéter y el procedimiento finaliza.
La ARF puede llevarse a cabo en nuestra cómoda clínica de venas en Houston de forma ambulatoria, sin necesidad de visitar un hospital o experimentar largos tiempos de recuperación. De hecho, el procedimiento tarda sólo 30-45 minutos, y usted estará de pie y en su camino poco después.
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Su pierna estará envuelta en un vendaje elástico (media de compresión) durante unos días. Durante ese tiempo, podrá seguir trabajando y haciendo vida como de costumbre, aunque deberá posponer durante un par de días cualquier actividad de alta intensidad, como el ejercicio físico. El dolor después de la intervención es mínimo.
Volverá para una breve visita de seguimiento para asegurarse de que la vena está completamente cerrada, y la mayoría de nuestros pacientes vuelven a su programa de actividades en pocos días. La ARF suele ser definitiva, lo que significa que no se necesitan más tratamientos de inmediato. Los resultados pueden tardar unas semanas en aparecer, pero el alivio del dolor puede ser casi instantáneo y durar años. El procedimiento puede repetirse si es necesario.
Nuestros pacientes suelen estar encantados con los resultados, que son duraderos y suponen muchas menos molestias que las técnicas de tratamiento venoso anteriores. Se recomienda que los pacientes continúen moviéndose y caminando tanto como sea posible para permitir un flujo sanguíneo adecuado. No deberían quedar cicatrices después de la intervención, pero no es inusual sentir nudos rígidos y sensibles en la superficie de la piel -con algo de enrojecimiento-, ya que es un signo del cierre de la vena.
Con RFA, puede beneficiarse de lo siguiente:
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